Debate0en Reto 4. 3 – Segunda iteración de la performance
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Hola Chicas! Gracias por compartir esta propuesta. Me parece muy valioso cómo han conseguido generar un espacio de intimidad y apertura en un entorno virtual, donde muchas veces prima la desconexión emocional. Coincido contigo en que hay algo profundamente político en crear vínculos afectivos con personas que no conocemos, en permitir que la vulnerabilidad tenga lugar incluso a través de una pantalla. Esa decisión, en sí misma, me parece un gesto fuerte y significativo.
Dicho esto, me surge una reflexión en torno a los límites entre lo performático y lo que podríamos entender como una acción personal o relacional. Me pregunto hasta qué punto esta experiencia entre dos compañeras, por más cargada de sentido que esté, se sitúa dentro del marco de una performance como intervención artística. ¿Qué lo diferencia de un encuentro íntimo espontáneo o de una conversación profunda entre amigas? ¿Qué hace que esto se constituya como obra, más allá del deseo de compartirlo?
También me interesa pensar cómo podría expandirse esta propuesta si saliera del marco privado. ¿Qué sucedería si esta lectura de tarot digital se ofreciera a otras personas en un espacio público, o si se abriera a múltiples lecturas simultáneas? ¿Cambiaría su carácter performático si hubiese una irrupción en lo cotidiano, o una exposición del acto en otro tipo de espacio?
Hola, Andrea.
Gracias por compartir esta propuesta, que me pareció tan poética como política en su planteamiento. Me llamó la atención la forma en que lograste construir un espacio íntimo desde un soporte digital, algo que no siempre es fácil. La vulnerabilidad que mencionas está presente no solo en el vínculo generado, sino también en cómo decides compartirlo, sin protegerlo ni estetizarlo en exceso.
Tu reflexión sobre los límites entre lo performático y lo relacional es especialmente interesante. Coincido contigo en que uno de los grandes desafíos de este tipo de trabajos es definir qué convierte una experiencia privada en una acción artística. Y, en tu caso, creo que es justamente esa voluntad de exponer el encuentro con todas sus capas la que lo convierte en performance: no solo el momento, sino la forma en que lo piensas, lo editas y lo compartes, habilita su lectura desde una mirada artística.
Me resuena también lo que planteas sobre la posibilidad de abrir la experiencia a otros. La idea de una lectura de tarot expandida o pública me parece una vía muy potente para una futura iteración. Podría incluso tomar la forma de un ritual colectivo, un gabinete móvil de introspección guiado por IA, o una intervención donde otros espectadores reciban su “carta” leída desde tu misma lógica. Esta expansión podría reforzar la dimensión relacional, permitiendo que otras voces completen la acción.
Finalmente, me parece que la propuesta gana valor cuando se sitúa en diálogo con otras prácticas contemporáneas que, como la tuya, exploran nuevas formas de relación a través de dispositivos digitales. Hay algo muy contemporáneo en no renunciar a lo afectivo pese a lo artificial. Gracias por eso.